Descubrí un día que llegar a mujer era ser
 des-cuar-ti-za-da
que las alas del deseo no crecen  igual que el cuerpo porque son recortadas,   que los sueños tienen que alcanzar sólo para ser funcionaria y rehén de un espacio, hay que vaciarse para cuidar.                                                                   
Yo quería bailar mucho y no dormir nunca.
Crecer fue ser domesticada
Fragmentada y replegada en un pequeño cajón,  junté lentamente la certidumbre del desastre y la necesidad urgente de reparación, busqué de forma incesante en ese caos ¿cómo reconectar con mi sentir? 


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